El discípulo amado

$ 100.000

Marcha fúnebre – Grado 2
Un eslabón importante en el tránsito de la banda de música militar a la banda de servicio comunitario se encuentra en el vínculo de estas agrupaciones con las actividades y celebraciones de las comunidades religiosas. Así, desde el siglo XVIII, y especialmente en el Siglo XIX, en Latinoamérica la banda de música empezó a vincularse con las celebraciones fundacionales de los pueblos, de sus santos patronos y en las procesiones de Semana Santa. El discípulo amado es una pieza especialmente apropiada a las bandas en formación que expresa los rasgos característicos de las marchas de procesión en las
fiestas religiosas.

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